Grafiteros quiteños detenidos en Guayaquil

Vía Cambiemos Ecuador se nos relata la detención de 4 grafiteros pagados por el régimen de Correa que llegaron de Quito para hacer campaña política en las paredes del puerto.

Cuatro personas fueron detenidas la madrugada del jueves en Guayaquil, tras ser sorprendidos por policías metropolitanos pintando grafitis en algunos puntos de la ciudad. Los mensajes eran en contra del alcalde Jaime Nebot y del arzobispo de Guayaquil, Antonio Arregui.
Algunos de ellos decían: "Vota No, ahorra en Filanbanco". "El reino de los cielos existe en los aviones de Isaías. F: Arregui". "Iglesia pelucona, la nueva cruzada bancaria". "Iglesia pelucona, opresora de la verdad". "¿Por qué la Iglesia y Cristo son tan diferentes?" "Un muchacho al año no hace daño. F: Arregui".

Enviar desde el poder a pelafustanes a insultar a las instituciones de Guayaquil y a sus dirigentes es bajo y ruín, propio de los cobardes que mandan a jovenes "carne de cañón" a hacer el trabajo que ellos no harían. Insultan y vandalizan a instituciones que por su trabajo tienen credibilidad y lo hacen con nuestro dinero, porque con nuestros impuestos se pagó a este cuarteto de cretinos.

Por el contrario, una de las conductas de los grafiteros libertarios es no rayar paredes que no hayan sido rayas antes por otros, sean grupos políticos o no. Pero se puede rayar edificios estatales sin el menor recato, porque ese edificio lo pagamos con nuestros impuestos de manera forzada, bien se merece un regalito de arte urbano.

Por el contrario las instituciones y propiedad privada no deben ser rayadas. Iglesias y templos de cualquier denominación deben ser respetados. Sólo a fascistas como Hitler y Rafael Correa se les puede ocurrir vandalizar sinagogas judías y templos católicos.

Las instituciones liberales como cortes de justicia, cabildos, gremios, notarías, registradurías, empresas, bolsas de valores, centros educativos privados, medios de comunicación, industrias, beneficencias y fundaciones, etc. no deben ser rayados a menos que alguna entidad haga méritos para que se lo merezca. Los monumentos no deben ser vandalizados a menos que se traten de los dedicados a Castro, El Ché y otros canallas, en esta lista se incluye el monumento a León Febres Cordero en Durán. En propiedad privada, insisto, no debe rayarse a menos que ya exista un grafitti, y de ser posible hay que desfigurarlo sin agregar más daño a la pared.

Ejemplo:

"La Asamblea te cambiará la vida" por supuesto no tengo empleo y cada vez sube todo de precio.

En defensa del grafitero anti-autoritario, aquel que no se vende al poder de turno y peor a un gobierno fascista como el de Rafael Correa, diré que en una sociedad menos intervenida por el gobierno este artista noctámbulo estaría mejor empleado realizando arte visual o literario y menos dedicado a esta actividad. En su defensa diré que el grafitero cuando ve amenazado su libertad de expresión en los medios convencionales, encuentra un lienzo en el espacio urbano, el gobierno lo orilla a esto.

El grafitti no es nuevo en la historia, tampoco lo es el grafitti político, en las ruinas de Pompeya ya se reconocen grafittis políticos que dan pistas a los arqueólogos, antropólogos y sociólogos sobre como eran las sociedades romanas y cómo pensaban sus ciudadanos. Pero ¿Qué dirán en el futuro los investigadores de nuestra sociedad en dos mil años? Pues que la nuestra era una sociedad autoritaria que elegía gobiernos a su semejanza, que esta era una época de confusión y violencia política, de corrupción e ignorancia. Que nuestras instituciones estaban siendo deliberadamente destruídas vía revoluciones constituyentes, que existían tiranos que violaban la ley y la acomodaban a su antojo.

Sin embargo también se sabría por los registros que dejemos en la historia (ojalá que en medios menos perecibles que DVDs y discos duros) que existieron también quienes se rebelaron contra estos tiranos, que existieron quienes quisieron detener el poder del gobierno y el robo y la censura que este comete.